¿Tiempo por dinero?
En el post de hoy vamos a comentar una película que me pareció sumamente interesante para reflexionar sobre nuestro tiempo para respondernos si realmente cambiamos el tiempo por dinero.
La película fue traducida para los países de habla hispana como «El Precio del Mañana» (In Time es su título original).
Es una película futurista, en la cual las personas fueron genéticamente modificadas para dejar de envejecer a los 25 años.
El problema es que sólo tienen un año más de vida y transcurrido ese año, mueren de un ataque cardíaco a menos que «ganen» tiempo y rellenen con él sus «relojes de vida», que llevan la cuenta regresiva como un reloj digital en sus antebrazos izquierdos.
El tiempo de vida se ha convertido en «dinero» y es la forma con que la gente paga sus lujos y necesidades. Cambian tiempo por dinero.
Los ricos pueden vivir eternamente, mientras que el resto debe negociar o pedir préstamos para poder vivir el día a día (sus «relojes de vida» a lo sumo tienen algunos días de vida).
Cada persona vive en una «zona horaria» distinta, en función de su estatus social.
Los pobres viven en guetos. Para ellos, el trabajo de cada día les sirve para ganar un par de horas más de vida que también deberán utilizar para pagar sus necesidades diarias.
Los ricos habitan en una lujosa ciudad y pueden vivir durante siglos o milenios en función de la cantidad de tiempo que han ganado.
Cada «zona horaria» está cercada con muros donde se cobran peajes en tiempo cada vez más costosos para evitar que la gente pobre pueda cruzar o emigrar a lugares de niveles sociales más altos.
A continuación puedes ver el trailer…
¿Cómo utilizamos nuestro tiempo?
El verdadero trasfondo de la película es la búsqueda de la igualdad y la justicia entre los seres humanos.
La película lo muestra de una manera inquietante… exceso de población, el tiempo acotado y muchos pobres que deben morir para poder mantener el estilo de vida de los ricos.
Los ricos controlan la superpoblación mundial subiendo el costo de la vida: impuestos, servicios y alimentos, por ende la gente más humilde corre el riesgo de que su reloj se consuma y finalmente muera.
La película además de entretener con su cuota de acción, aventura y romance, creo que presenta un concepto muy interesante:
El hecho de poner toda la atención en nuestro tiempo disponible y cómo lo utilizamos, también cuáles son nuestras alternativas y opciones.
Evidentemente, los más ricos, tienen más opciones que los más pobres que se ven forzados a trabajar cambiando su tiempor por dinero.
Cambiando su limitado tiempo por sólo lo necesario para subsistir hasta día siguiente, comprar sus alimentos y cosas esenciales y repetir el ciclo una y otra vez, viviendo al día y sin la posibilidad de proyectarse al futuro o cobijar sueños de mediano plazo, siempre viviendo apurados y en estado permanente de ansiedad.
Esto corresponde a las categorías más básicas de desarrollo financiero sobre las que escribía en el post sobre las etapas hacia la madurez financiera.
Reflexionemos
Si bien la metáfora es un tanto «exagerada», hasta cierto punto refleja la realidad actual de muchas personas que viven en estados financieros precarios, presas del consumismo, cambiando su valioso tiempo solo para mantener un determinado nivel de vida, sin posibilidad de escapar de este círculo vicioso.
Esto puede ocurrir con mayor frecuencia en las clases sociales más bajas, pero no necesariamente se limita a personas de bajos ingresos.
Bien podría ocurrir en personas que tienen altos ingresos, pero que no lograron diseñar inteligentemente, un futuro financiero de bienestar e independencia.
Personas que terminan simplemente acomodando sus niveles de consumo y despilfarro a su capacidad de generar altos ingresos, quedando siempre presas de este juego…
De modo similar a la película. Siempre cambiando tiempo por dinero.
¿Llegamos a percibir la analogía?
Will Salas (el protagonista) debe deslomarse día a día solo para conseguir unas 24 horas de vida adicionales que le permitirán repetir la misma historia una y otra vez…
Ahora bien, pensemos en nosotros…quizás somos empleados en relación de dependencia o profesionales independientes, consideremos que la unidad de análisis no es el día, sino el mes, reflexionemos sobre nuestros ingresos mensuales y sobre nuestros gastos mensuales.
¿Cuánto nos queda a fin de mes en promedio?
Si tu respuesta es como la de la mayoría de la gente, es decir, no queda casi nada o solo queda poco, entonces creo que estamos en el mismo dilema del protagonista…
La única manera de «romper» el ciclo es:
- generar o conseguir ingresos por arriba de nuestros gastos.
- administrar esos excedentes de modo inteligente y
- ponerlos a trabajar para que generen más dinero para nosotros.
Esto nos permitirá ir «comprando» nuestra libertad poco a poco y finalmente poder «escaparnos» del dilema:
trabajo -> cobro -> gasto -> repito una y otra vez…
Si quieres pasar un rato entretenido y de paso generar algún espacio de reflexión sobre el modo en que muchas veces aceptamos la realidad que nos viene dada, no dejes de ver la película… 🙂
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