¿Con qué información me manejo para gestionar mi Pyme o comercio: con la contable o con la financiera?
¿Por qué el balance de mi negocio no demuestra los buenos resultados comerciales al momento de buscar financiamiento en los bancos?
Descubre por qué y para qué la Contabilidad y las Finanzas, muestran realidades diferentes y tienen objetivos diferentes.
Si alguna vez te planteaste esto en tu negocio, este artículo te dará pistas importantes para gestionar mejor y evitar errores.
La reunión empezó con la siguiente expresión de Carlos, dueño de una Pyme: “Fabián, el año pasado ganamos 6 millones de pesos y la verdad es qué me encantaría saber donde están porque el extracto bancario no se acerca ni de casualidad a esta cifra”.
Ya perdí la cuenta de las veces en que charlé con empresarios Pyme en mis cursos o consultorías con planteos similares al de Carlos. Es decir, con la necesidad de entender por qué el contador les muestra un estado de resultados con una jugosa ganancia y sin embargo, el dinero no está en los bancos, incluso, en algunos casos, la situación era peor, ya que por períodos, estuvieron con los bancos en rojo o recurriendo a descontar cheques para financiar la operación.
Si alguna vez te pasó esto o no entendés bien la diferencia entre la información de balance y las Finanzas de tu negocio, este artículo puede darte algunas pistas importantes.
La realidad es que la Contabilidad y las Finanzas, si bien son hermanas, muestran cosas diferentes y tienen objetivos diferentes.
Hasta dónde es útil tener un balance acomodado a los números que le pido al Contador
Por el lado de la contabilidad, a los contadores siempre nos achacan esa frase tan gastada “¿Cuánto quiere que le de?” 🙂 y la verdad es que, los contadores tenemos cierta fama de “acomodar” los números, dentro de los parámetros que las normas contables permiten, de modo de transmitir deliberadamente ciertos efectos al presentar la información contable (mejorando o empeorando los resultados de un período).
También, por el lado de la contabilidad, y en países como Argentina, el alto nivel de informalidad que existe en la economía, torna obsoleta a la información que provee la contabilidad ya que normalmente, solo muestra “una parte” y el contador se concentra entonces en el Balance para fines fiscales. Esto atenta contra la gestión de tu empresa ya que esa información es incompleta y no te brinda un cuadro completo de la rentabilidad y evolución de tu negocio.
En el mejor de los casos, algunos empresarios logran llevar una contabilidad “paralela” que muestra no sólo el balance fiscal, sino aquellas operaciones que no pasaron por el balance.
Hay otros “efectos colaterales” de este modus operandi que afecta a la mayoría de las Pymes Argentinas, ya que al momento de buscar financiamiento en los bancos, los balances muestran una situación patrimonial que no es completa y magros resultados o incluso pérdidas contables ya que los números estaban orientados a minimizar el impacto impositivo. Esto deja a tu empresa fuera de los requisitos necesarios para ser candidata a ciertas líneas de crédito, obligándote a financiarte con alternativas más caras o no tan buenas.
Las finanzas, la caja y el dinero sin “maquillajes”
Cuando entramos al terreno de las Finanzas, la situación es radicalmente distinta. En este caso, los números (la caja) no se pueden acomodar, el dinero disponible es exactamente el que figura en el extracto bancario o el que tenemos en la caja. En Finanzas: “la caja es la caja” y no admite posibilidad de “maquillaje”.
En mi experiencia, son pocos los empresarios que han logrado desarrollar algún sistema de gestión que les proporcione una idea adecuada de “donde están parados”, cuánto dinero genera el negocio, si la rentabilidad contable es “real” o no. Todo esto se puede conocer con relativa facilidad al ordenar la gestión de tesorería y financiera. En muchas Pymes incluso, recomiendo gestionar el negocio directamente con base en la caja, y no en la contabilidad. Es más seguro y lleva a mejores decisiones, mucho más, cuando el escenario es incierto o cuando enfrentamos altas tasas de inflación como las imperantes hace ya varios años en Argentina.
Hace poco, tuve nuevamente esta situación con una empresa “Startup”, que, al estar en sus etapas iniciales, aun no ha logrado generar un flujo de ingresos estables que permitan financiar cómodamente la operación, y por ende, requiere del apoyo de sus inversores y socios que deben aportar el dinero necesario para cubrir las pérdidas operativas de los meses de baja. Esto es un clásico. Así como también es usual, que la estructura administrativa sea muy reducida en cantidad de gente y herramientas, por lo que, en estos casos, es incluso más relevante “gestionar por caja” que es la prioridad hasta lograr poner al negocio en equilibrio (“Breakeven”).
A medida que la empresa crece, quizás se volverá necesario incorporar otras herramientas contables y de gestión, pero lo que nunca se abandonará es la herramienta de gestión de tesorería que nos acompañó desde los primeros momentos.
Ineficiencias financieras “tapadas” por los buenos resultados comerciales
Muchas veces, lo que pasa es que tu negocio va tan bien, que un sinnúmero de ineficiencias en la gestión financiera quedan “tapados” por los buenos resultados comerciales y operativos. Hace poco, estuve asesorando a una empresa Pyme que me sorprendió por lo ordenada y prolija. Prácticamente el contra-ejemplo de lo que estoy mencionando aquí.
Al ver la situación, en la primera reunión le dije al Gerente General (que también es uno de los socios): “vas a ver que con la gestión inteligente que hagamos de los excedentes financieros en los días que están ociosos te vas a pagar tu sueldo y el costo de la consultoría”. Obviamente que me miró con algo de escepticismo aquel día, sin embargo, lo logramos en el primer mes, con 10 o 15 minutos de su tiempo por semana, aplicado a la gestión de esos excedentes.
En un almuerzo con un amigo empresario hace unos meses me decía: “Soy un león negociando 2 o 3 puntos del margen, y después quizás pierdo 10 puntos porcentuales por no gestionar bien los excedentes.”
¿En qué información me apoyo para tomar mis decisiones del negocio?
El problema más grave que veo es que el contador no piensa como financiero y por ende, el dueño, no tiene ese interlocutor válido que anhela al momento de explorar decisiones u oportunidades de nuevos negocios. Como dije antes, la contabilidad y las finanzas persiguen objetivos diferentes, la contabilidad mira “hacia atrás”, analiza lo que ya pasó, es una “autopsia”. Mientras que en el terreno de las Finanzas, siempre estamos mirando “hacia adelante” y tomando decisiones con incertidumbre, es decir, con riesgo de que las cosas no se den como pensábamos, la visión financiera es siempre “prospectiva” mientras que la visión contable es “retrospectiva”. Entender esta diferencia medular es clave para gestionar adecuadamente tu negocio y saber qué información pedir y a quién recurrir. Contabilidad y Finanzas muestran diferentes cosas, pero en el caso de una empresa Pyme, normalmente recomiendo enfocarse en la caja, más que en la contabilidad al producir información de gestión, y la realidad es que normalmente, me encuentro con que la situación es la contraria, como describo en este artículo.
Si te interesó esta nota, te interesará también esta otra en la que analizo otro tema recurrente de consulta en algunos negocios o empresas pequeñas, es el referido a que el patrimonio personal del dueño se encuentra “mezclado” o “confundido” con el patrimonio de la empresa, tema muy interesante al abordarlo, por un lado mirando las Finanzas del Negocio y por el otro, las Finanzas Personales del dueño.
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