Hace algunos años algo me llevó a comenzar a tomarme algunos días “para mí”; la primera vez, me fui solo durante un fin de semana a unas cabañas en Tigre.
El objetivo era parar un poco, desenchufarme y reconectar, en contacto con la naturaleza y estar conmigo. En aquel momento, no tenía consciencia del impacto que estos retiros iban a tener en mi vida, de hecho, fueron una especie de punto de inflexión, espacios sagrados que encontré y fui repitiendo para reconectarme, reflexionar y pensarme a futuro. Lo que hoy estoy haciendo, mi vida actual, fue “diseñada” en esos espacios, de a poco, sin siquiera darme cuenta en esos momentos, pero ahora, al mirar hacia atrás, puedo verlo con claridad.
Mi punto con esto es que es muy necesario y altamente recomendable poder reconectar con nosotros mismos cada tanto, escucharnos, explorarnos interiormente y para eso, conviene apagar el ruido, bajar las revoluciones y escapar de la rutina y el ajetreo diario.
Lo que empezó como un retiro por año, fue creciendo a uno cada seis meses, hasta la frecuencia actual de tomarme estos “respiros” cada dos o tres meses.
Uno de esos retiros espirituales, que poco tienen que ver con la religiosidad en mi caso, pero mucho con un viaje hacia adentro y de conexión, lo hice en un Monasterio cercano a la ciudad de Azul, en el cual residen monjes que hicieron voto de silencio. En esa oportunidad, no tuve ni señal de celular, así que la desconexión fue “total”.
Ponerte en contacto profundo con vos mismo, con tus sueños, repasar tus planes, y hacer un inventario de todo lo que fuiste consiguiendo y logrando en tu Vida puede tener un impacto profundo en tu realidad y tu futuro. Se recargan las pilas y te pone en sintonía con la Abundancia. Y desde ese lugar, fluye tu creatividad y se realimentan tus sueños y propósitos más elevados. Te sentís reconectado con el Todo y con ganas de hacer tu aporte, desde tu lugar, usando tus dones y fortalezas.
Si estás pensando en que no tenés tiempo para esto, te desafío a que lo reconsideres :-). Empezá por algo que veas más alcanzable, por ejemplo, tomarte una tarde libre solo para vos la próxima semana, ¿te parece mucho? ¿y qué tal cortar la rutina sólo 30 minutos o una hora? tomarte la hora de almuerzo, o el desayuno…
Si es en un parque, plaza o cerca de la naturaleza, mucho mejor! Intentá hacer que sea TU momento, TU espacio. Al principio, no invites ni lleves a nadie… solo VOS y quizás un cuaderno, nada más. Apagá el celular y desconéctate para reconectarte… 😉
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