El artículo de hoy va más por el lado de una nota personal y una reflexión que quiero compartirte.
Estado civil: soltero sin apuro
Desde que me separé el año pasado, pensé en «darme una tregua» y no buscar pareja ni nada que se le parezca y así estar tranquilo 😀
El plan venía super hasta que me reencontré hace unos meses con alguien a quien no veía hacía algunos años y algo «hizo click» adentro… de repente, vi la posibilidad nuevamente, algo se acomodó y ese encuentro me puso en un lugar diferente. Ese encuentro creo que me devolvió las ganas de estar con alguien. Me di cuenta que si bien estoy en mi mejor momento, muy a gusto, disfrutando de mi vida y de un estilo de vida diseñado conscientemente, al compartirme, podría abrir incluso espacios para mayor disfrute.
Y desde ese lugar, comencé a abrirme a nuevas relaciones. Han ido entrando más profundo personas a mi vida, algunas ya estaban, otras son nuevas. Pero en el fondo, creo que mi concepción respecto a los vínculos está cambiando bastante y rápido… revisando los cliches y mandatos culturales y permitiéndome desafiar, re-pensar y encontrar mis propias definiciones.
Mi primera cita Tinder
En esa dirección es que hace unos días una amiga (a quien considero más una hermana que una amiga por la fuerza del vínculo que nos une) me sugirió que «saliese» un poco más y me permitiese explorar nuevas relaciones. De hecho, la sugerencia concreta fue que me arme un perfil en Tinder 🙂
La verdad es que no soy de salir mucho, ni frecuentar bares, ni tampoco me gusta tanto la noche. Sin embargo, estoy convencido del potencial de la tecnología y como está revolucionando la manera en que hacemos las cosas y nos conectamos unos con otros. Prueba de ello son los cursos, casi en su totalidad online, y toda la comunidad de Finanzas más humanas que se está armando alrededor de Fitness Financiero.
Así que probar Tinder parecía una alternativa coherente. Igual reconozco, que tenía ciertos prejuicios con esta App. Pero, luego de usarla un par de días, me doy cuenta que hay de todo y que también pueden darse sincronicidades interesantes en el Universo Tinder 😀
De hecho, este post fue inspirado por mi primera cita Tinder 🙂
Mientras veía perfiles de todo tipo apareció alguien que capturó mi atención, vamos a llamarle Mia, para preservar identidad. Mia es americana-argentina, su perfil estaba en inglés, contaba que estaba en Buenos Aires desde hacia poco y aparecía muy clara y contundente en lo que quería. Así que ahí fue un «super like» y así empezamos a chatear. Me encantó lo incisivo de sus preguntas, su inteligencia y su claridad. Quedamos en vernos para un café y disfruté mucho de conocer a Mia, que en persona es incluso más linda que en sus fotos de Tinder 🙂
Fue una conversación abierta y directa de casi 2hs en la que me vi muy reflejado en Mia, al menos vi una parte que estaba muy presente en mí hace algunos años. Esa parte orientada a negocios, el ejecutivo enfocado y capaz, orientado a resultados económicos ambiciosos, que sabía como conseguir que las cosas funcionen en el ambiente corporativo. También percibí a Mía algo «acelerada», o quizás sería que venía de una reunión y luego iba para otra?, no lo sé, pero de pronto recordé mi ritmo de aquellos días en los que me desenvolvía a gran velocidad en el terreno empresarial, ya fuera como consultor en una Big 4 o como CFO en una empresa en plena expansión y crecimiento… y ahora, ese contraste tan grande con mi ritmo actual… en especial mi ritmo interno… mucho más alineado con los ciclos, con mucho más registro de mi cuerpo, de mi estado emocional, de la dinámica en mis vínculos… me siento mucho más «presente» en cada cosa que hago, mucho más conectado, conmigo y con todo… disfruto mucho más del proceso y creo que hasta consigo un impacto y resultados que no podría conseguir con mi modus operandi anterior…
Mi recorrido: de la cabeza al corazón
En mis tiempos de «locura» y ajetreo estaba super enfocado y conectado, pero con los resultados económicos y de negocios. Recuerdo muy bien en aquellos momentos que mi cabeza rápidamente trazaba planes, estrategias y las bajaba a acciones claras y concretas, cronogramas de trabajo, a una velocidad increíble. Y luego me dedicaba a ejecutar incansablemente esos planes hasta llegar al objetivo o reformular el camino de ser necesario para rodear obstáculos o sortear imprevistos. Recuerdo la «sensación mental» de «todo lo puedo»… el tema es que en aquel momento no había mucho espacio para esa vocecita que desde muy adentro susurraba suavemente que parara un poco, que fuera más paciente con tal o cual persona, que descansara o permitiera que mi equipo bajara un cambio… simplemente estos mensajes no hacían más que «complicarme» y «poner en riesgo el objetivo», al menos así era como yo los interpretaba. Si alguien no estaba a la altura del desafío, simplemente habría que reemplazarlo, como si fuera una pieza defectuosa o un engranaje poco confiable en esa maquinaria que construía mis metas. Y así fue que rompí relaciones de amistad, maltraté mucha gente, me desconecté de mi cuerpo, de mis emociones, y obviamente la cosa no terminó bien 😀
Apareció la enfermedad como mecanismo equilibrador. Cuando el cuerpo nos habla y no escuchamos empieza a hacerlo con más y más fuerza hasta que directamente nos obligar a parar con alguna enfermedad. Aunque nuestra cabeza siga pensando que podría seguir y se resista a aceptarlo, habitualmente caemos en reposo, justamente para eso, de-tener-nos, detener la locura y sanar.
El mecanismo es perfecto cuando entendemos como funciona. Todo está diseñado para la búsqueda permanente del equilibrio, un equilibrio dinámico, un equilibrio que debe ser conquistado a diario porque todo está en movimiento. Y cuanto más expertos nos volvemos en esto, más está presente esa sensación de fluir…
Una dupla imparable: integrando Cabeza y Corazón
Para mí:
La Cabeza es el vehículo que puede llevarte a destino
El Corazón es el motor desde donde te viene la fuerza y se genera el combustible más potente
Hace algunos años sentía mucha dualidad interna, como un tironeo. Como que mi cabeza quería ir para un lado y el corazón para otro, y claro, estaba viviendo demasiado enfocado en el dinero, el poder, controlarlo todo, hacer crecer los negocios y mis inversiones, etc., etc., etc.
Esto me generaba mucha presión interna, porque en el fondo, «sabía» que algo no estaba bien… y resolvía ese tironeo bloqueando mis emociones y el mensaje del corazón para vivir prácticamente desde la cabeza. Es que desde ahí esta todo claro! 😀
Pregunta: ¿sentís algún tironeo hoy en tu vida? no tiene que ser este necesariamente, simplemente algo que te está costando reconciliar. ¿dónde lo sentís? ¿que te está queriendo decir? ¿cómo lo podrías equilibrar?
Cuando damos espacio a las dimensiones más emocionales y blandas algunas veces se pone algo borroso… y para el que está acostumbrado a tener «todo bajo control» esta sensación de navegar con neblina puede ser difícil de digerir, se los digo por experiencia… 😀
Pero paradogicamente, cuando empezamos a darle lugar a esa voz interior, cuando empezamos a escucharnos e integrarnos, aun con esa «neblina» comienzan a aparecer las certezas. Pero para que esto se de, es necesario dar el paso de fe, es necesario «confiar» primero; si no confiamos, no ocurre y ahí está el secreto…
Desde la Cabeza | Desde el Corazón |
Ver para creer | «Creer» para ver |
Agobiante, te quema | Energizante, nutritivo |
Difícil, pesado | Fluido, «mágico» |
Competitivo, Control | Colaborativo, Confianza |
Lógico | Intuitivo |
Egoico, Solitario | Inspirador, Tribu |
Efectos | Causas |
Resultados limitados | Posibilidades infinitas |
Cuando nos dejamos llevar en automático por patrones culturales, podría ser que persigamos los símbolos de poder y estatus, en lugar del poder real; puede ser que busquemos la fama y el reconocimiento, en lugar de la paz mental; el dinero, en lugar de la Riqueza verdadera; una posición jerárquica, en vez de un lugar de servicio… y es en esas búsquedas equivocadas que nos desconectamos y generamos mal-estar para nosotros y nuestro ámbito de influencia. Algunas veces nos terminamos percatando de que no era por ahí al conseguir aquello que buscábamos y darnos cuenta que no nos llena o que igual nos sigue faltando algo. Ese algo, en mi opinión tiene que ver con el modo en que perseguimos lo que perseguimos…
Demasiada cabeza, te vuelve «frío», controlador, manipulador. Te enfocas y te importan solo los resultados, no tanto el proceso o los medios, no te importan tanto los vínculos, sino llegar a destino. La representación perfecta de este paradigma es Maquiavelo y su célebre frase «el fin justifica los medios». Yo fui un ejemplo claro de este modo de hacer las cosas.
Demasiado corazón tampoco es lo adecuado, en los negocios y en tus Finanzas te llevaría muchas veces a «hacerlo gratis», es que «no te importa el negocio», simplemente sentís ese llamado y no te interesa ni siquiera cobrar por ese servicio, incluso podes llegar a pensar «¿cómo voy a cobrar por esto?» O también, podría pasarte como un amigo que es un apasionado del tenis, disfruta mucho de esta disciplina y se la pasa dando clases, poniendo el corazón y todo su ser en cada alumno. Es ese tipo de profes que van mucho más allá, que te «contagian» su entusiasmo. Pero desafortunadamente, mi amigo no se detiene a «pensar» sobre su negocio, entonces está quemado, se siente frustrado porque se agota y porque no logra los medios económicos para vivir tranquilo. Agenda clases en horarios inverosímiles y literalmente «se la pasa dando clases» para poder llegar a fin de mes.
Pregunta: ¿dónde estás hoy con tu vida? Imaginate una hoja en blanco, ahora trazá una linea horizontal que la atraviesa de lado a lado. En la izquierda está tu «cabeza» y en el extremo de la derecha está tu «corazón». Lo tenes? oka, ahora poné una «X» a lo largo de esa línea que representa el lugar donde crees que estás hoy. Si estás viviendo más desde la cabeza, esa X debería estar más hacia la izquierda, si estás viviendo muy emocionalmente sin ponerle tanta lógica, esa X debería estar del centro hacia la derecha.
Entonces, ¿dónde estás hoy con tu vida?
Cuando logramos integrar cabeza y corazón, lógica e intuición, lo duro y lo blanco, lo racional y lo sutil… ahí no tenemos límite!
Creo que el truco, al menos en mi caso, ha sido aprender a darle lugar a mi voz interior y luego a poner mi cabeza y todos mis recursos intelectuales al servicio de eso que viene de más adentro.
De las miles de maneras de ganar de dinero, ¿cuál es la tuya?
Está claro que hay miles de maneras diferentes para hacer dinero, incluso, mucho dinero.
- Algunas son legales, otras no tanto 😀
- Algunas más honestas que otras
- Algunas implican mayor esfuerzo que otras
- Algunas más perdurables que otras
- Algunas más eficientes que otras
- Algunas te permiten un estilo de vida envidiable
- … y algunas tienen «propósito» o sentido
Y cuando tenemos la dicha de estar ganando nuestro dinero en algo que está alineado a nuestro propósito, la retribución en dinero que recibimos pasa a un segundo plano, porque en realidad logramos otros resultados, de otra clase, por ejemplo, un negocio con propósito te hace crecer, te desafía permanentemente, te enciende, te conecta (con vos y con otros), genera un impacto transformador y positivo en la realidad.
Hoy agradezco y me siento muy afortunado por poder llevar adelante una vida con propósito, porque el dinero es solo uno de los ingredientes para una vida de Riquezas, y ni siquiera el más importante.
Y para cerrar, te dejo una pregunta: la forma en que estás ganando tu dinero… ¿tiene a tu corazón y no sólo a tu cabeza comprometidos? 😉
Hasta la próxima!
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