Estos días estoy en Tucumán para pasar las Fiestas. Ayer mientras estaba preparándome un jugo en casa de mi madre en el Club de Campo, tocaron a la puerta. Se escuchaban voces de niños que hablaban y reían.
Mi madre abrió la puerta y uno de los niños la saludó por su nombre, eran vecinos y estaban vendiendo unos chocolates y bombones casa por casa. La edad promedio estimo que no superaba los 10 años.
Mientras yo seguía con mi jugo, pensaba que esos niños estaban haciendo un aprendizaje que incluso muchos adultos nunca llegan a hacer. Estaban desarrollando habilidades de venta…
Cuan importante pueden ser estas habilidades, en especial para aquellos que elegimos el camino de ser independientes, comerciantes o empresarios. Creo que ser capaces de vendernos y vender nuestros productos es el primer paso. El resto de las habilidades las vamos aprendiendo sobre la marcha. Pero la venta, es lo primero. Un negocio que vende y factura puede ir acomodándose y puliendo sobre la marcha. Podemos hacerlo más eficiente, profesionalizarlo y mejorarlo continuamente, siempre y cuando las ventas se sostengan y sigan creciendo.
Estos niños, estaban entrenándose en por lo menos lo siguiente:
- Desafiar sus miedos: superar la vergüenza, el qué dirán, el miedo al rechazo
- Desarrollar habilidades comunicacionales: presentarse, hablar claro, escuchar, negociar llegado el caso
- Persistencia: manejar la frustración cuando algún vecino no les compra y poder seguir hacia la próxima casa
- Planificar: quizás incluso vendían con algún objetivo, necesitaban juntar un determinado dinero. Entonces para conseguir esa suma sería necesario vender una cierta cantidad de bombones a un determinado precio
- Trabajar en equipo: eran 3 niños, uno llevaba la mercadería, otro hacía el discurso de venta y el otro cobraba… 🙂
y tantas otras lecciones valiosas que seguramente les permitirán tener éxito en sus actividades comerciales a futuro.
Como en todos los ordenes de la vida, pienso que aprender de niños es lo mejor, o al menos, lo más fácil. Cuando somos niños aprendemos jugando, casi sin darnos cuenta, estamos muy permeables. Las matemáticas que aprenden cobrando y dando el vuelto seguramente queden grabadas con más facilidad que si estuvieran haciendo sumas y restas en sus cuadernos de la escuela.
Entonces, aprender los temas de dinero desde niños es CLAVE para nuestro bienestar financiero futuro. Este punto es de suma importancia porque moldea las creencias inconscientes que tenemos sobre el dinero. Harv Eker habla de que todos tenemos un «molde» de dinero en nuestras cabezas. Y presenta el concepto usando la analogía de un termostato. Por ejemplo, si estamos en una habitación a 28° de temperatura y encendemos el aire acondicionado con su termostato ajustado en 21°, el equipo trabajará hasta lograr bajar la temperatura y dejarla en 21°. En ese momento «corta» y no sigue enfriando más, sólo la mantiene. Si abrimos una ventana y dejamos que entre el calor, automáticamente subirá la temperatura del cuarto y se encenderá nuevamente el equipo para volver a bajar la temperatura a 21°. Pasaría lo mismo en el caso inverso, si estuviéramos en invierno y quisiéramos subir la temperatura de una habitación.
Nosotros tenemos internamente un «termostato de dinero», y esto explica porqué cobramos los honorarios que cobramos y porque tenemos el nivel de vida que tenemos más allá de nuestra profesión u ocupación. Nuestro cerebro fue ajustado para un determinado nivel de riqueza, que creemos posible para nosotros. Y esto ocurrió casi siempre cuando fuimos niños y sin que nos diéramos cuenta. Incluso de adultos, aun no entendemos porque nuestro amigo o vecino puede permitirse esas vacaciones, o ese coche o ese nivel de vida cuando nosotros a duras penas logramos llegar a fin de mes trabajando en actividades similares. Todo esto tiene que ver con nuestras creencias respecto al dinero, con ese termostato que menciona Harv Eker en su libro «Los Secretos de la Mente Millonaria».
Esto también explica porque algunas veces, personas que logran conseguir sumas de dinero que exceden lo habitual para ellas (una herencia o algún ingreso extraordinario), al poco tiempo, vuelven al nivel de vida anterior y no logran conservar ese dinero. No es casualidad, es simplemente, ese termostato de dinero que está funcionando siempre para ajustar sus resultados económicos a lo que su cerebro tiene programado. Por eso es realmente fácil progresar económicamente y dar un salto en nuestra realidad financiera, sólo necesitamos reajustar nuestro «molde de dinero», revisar nuestras creencias respecto al dinero y ser capaces de reemplazarlas por creencias compatibles con la Abundancia. Y esto es lo difícil… 🙂
Nuestra realidad financiera, es una simple consecuencia de nuestras creencias respecto al dinero y respecto a nuestra capacidad de generarlo, conservarlo y hacerlo crecer. Si piensas que es difícil ganar mucho dinero, que es tedioso conservarlo por los ciclos de la economía y que es imposible invertirlo con éxito por los grandes riesgos que correrás… bueno, seguramente tu realidad financiera y tus logros actuales reflejen justamente eso. En realidad, todo lo anterior se puede aprender, tal como esos niños estaban aprendiendo, y si los niños pueden hacerlo, entonces cualquier adulto también puede. Si piensas que puedes aprender más sobre el dinero, sin importar cual es tu situación actual, podrás ajustar tu termostato al próximo nivel y eso traerá nuevos resultados económicos a tu vida, y lo mejor de todo, esos resultados, se sostendrán en el tiempo sin esfuerzo ya que dependen de lo que pensamos posible para nosotros en cada momento.
Por eso, entrenarte en habilidades técnicas y herramientas financieras es importante, pero mucho más importante es aprender a reajustar tus creencias respecto al dinero, porque allí esta la clave de tus resultados.
Excelente el artículo para llevarlo a la práctica
Super la información gracias