Los Economistas tienen un concepto interesante que nunca terminé de aceptar del todo (o comprender quizás), se trata de la idea de «costo de oportunidad», que según la definición clásica sería:
El costo de oportunidad es el sacrificio económico que se realiza al descartar un determinado curso de acción. Alternativamente, el costo de oportunidad también es el beneficio perdido al descartar una determinada alternativa en detrimento de otra.
Para explicarlo bien fácil, se trata de lo que dejaste de ganar por tomar el camino que tomaste y no otro.
Y para explicarlo mejor aún, vamos a un ejemplo… y analicemos la relación entre el costo de oportunidad y el karma financiero.
Mi desconfianza le ganó a mi curiosidad
Supongamos que a alguien le pasó como a mí y que recién «aceptó» al Bitcoin en 2020 motivado por la pandemia, la gran explosión de impresión monetaria, etc. que le hizo cuestionar al dólar americano como reserva de valor a largo plazo.
Hasta ese momento, nunca antes me había puesto a analizar y estudiar seriamente a esta Criptomoneda.
Bien, digamos que esa persona decidió invertir US$10.000 de sus ahorros (la cifra no importa) en aquel momento y logró comprar 1 Bitcoin debido a que la cotización era de US$10.000 por c/u. Hoy su inversión se hubiese multiplicado varias veces (casi 5x) ya que a la fecha de escribir esta nota, el BTC coquetea nuevamente con los US$50.000 🙂
Pero… ¿qué pasa si en lugar de «aceptar» el Bitcoin recién en 2020, como me pasó a mí, la persona hipotética del ejemplo lo hubiera aceptado antes?
Por ejemplo, la primera vez que yo escuché del BTC lo descarté por desconocimiento, posible burbuja, entre otros.
Bueno, en aquel momento, el Bitcoin cotizaba cercano a los US$700. Y suponiendo que la persona de nuestro ejemplo hubiera invertido los mismos US$10.000 en aquel momento, en un acto de fe tremendo 🙂 hubiera comprado 14,3 BTCs en lugar de comprar tan sólo 1.
Es decir, siguiendo este ejemplo, la inversión hoy estaría cercana a los US$ 700.000 (una cantidad que puede cambiar la realidad financiera de la mayoría de las personas o al menos impactarla significativamente).
Sí, ya sé que con el diario de ayer somos todos mucho más inteligentes 😀 pero, dejame seguir…
Volviendo al concepto de los economistas, el costo de oportunidad de no aceptar a tiempo al BTC, fue:
US$700.000 | – US$ 50.000 | = US$ 650.000 |
Lo que hubiese tenido hoy | – lo que tengo en realidad | = Costo de Oportunidad |
Pero, la cuestión es que HOY, es decir, ahora mismo, estamos pagando «importantes costos» simplemente por no saber, no entender, no asesorarnos… y ¡no sólo en la dimensión financiera!
En mi experiencia, dificilmente logramos tomar acción en base a esto, empezamos a generar un karma financiero, a pesar de que es algo «muy lógico» y que cualquiera entiende… te cuento 2 ejemplos reales de personas que se acercaron a nosotros hace poco:
Gabriela y su herencia
Hace poco tomó una sesión de claridad una amiga que vamos a llamar Gabriela para mantener la confidencialidad y me contaba que hacía 5 años había recibido una herencia de su mamá por US$250.000 y que nunca la tocó, seguía «guardada bajo el colchón».
En parte por desconocimiento y miedo y en parte debido a que se trataban los ahorros de toda la vida de sus padres y apostarlos para perderlos en un revés del mercado era algo simplemente inaceptable para ella. Me decía:
No puedo gastarlos porque son los ahorros de mis viejos que se rompieron el lomo trabajando toda su vida para darme lo mejor.
No sé como invertirlos para sacarles una ganancia de modo seguro y termino dejándolos guardados.
Bueno, vamos a aplicarle a Gaby el concepto que veníamos conversando respecto a posibles costos de oportunidad de que el dinero de la herencia siga en el colchón:
Inversión | Retorno | US$ x Año |
Ladrillos para alquilar | 2% | $5.000 |
Bonos Americanos | 4% | $10.000 |
Deuda Corporativa | 8% | $20.000 |
Bolsa Americana | 12% | $30.000 |
Es decir, que cada año que pasa, Gaby «deja de ganar»:
- 2 pasajes internacionales
- un viaje a Europa con su hija adolescente
- cambiar el coche…
Y todo eso es ¡CADA AÑO!
Afortunadamente, Gaby decidió tomar acción y se anotó en nuestro Programa de Mentorías y se animó a sacar del colchón gran parte de esa liquidez y ponerla a trabajar… y ahora, cada año se va de vacaciones «gratis».
Victor y su galería comercial
Otro caso que me llamó mucho la atención fue el de Victor, dueño de una distribuidora de productos médicos y que en 2017 había acumulado nada más y nada menos que ¡medio millón de dólares! y decidió asesorarse con un amigo y aprovechar una oportunidad que le acercaron comprando una galería comercial en Tucumán para tener una fuente adicional de ingresos.
Por un lado, no tenía mucho tiempo y quería algo que le permitiera ganar sin trabajar tanto.
Por otro, diversificarse y poner dinero en otra cosa que no fuera su distribuidora dejando de tener «todos los huevos en la misma canasta».
Todo bien hasta ahí, pero…
Hoy la realidad no se presentó como Victor había planeado… :-/
- Los precios de las propiedades cayeron al 50% desde aquel máximo en 2017 o 2018.
- Son varios locales y siempre un inquilino está reclamando algo (se rompió la persiana, salta la térmica cada vez que enciendo el aire acondicionado, etc.) Lo que implica no sólo gastos adicionales que bajan la rentabilidad, sino, el impacto emocional de estar «renegando» con tantos inquilinos.
Entonces, por no buscar a tiempo el asesoramiento adecuado, Victor quedó con sus excedentes «hundidos» en una opción que parecía ideal al principio y resultó ser un dolor de cabeza y poco rentable.
Lamentablemente, Victor, a diferencia de Gaby no quizo tomar nuestro Programa de Mentorías y probablemente, dentro de 10 años su vida seguirá siendo similar: mucho trabajo y poco tiempo, dolores de cabeza con sus alquileres y más excedentes generados sin un destino inteligente.
Es decir, una calidad de vida pobre, a pesar de contar con dinero y riqueza. Lo que empezaríamos a llamar: el karma financiero.
El Costo de Oportunidad más grande que TODOS estamos pagando
- Lo que acepto como posible para mi vida y para mi realidad financiera…
- Mis ideas y creencias sobre lo que puedo lograr, o bien, lo que ¡NO puedo! es decir, mis creencias «limitantes», esas que me frenan a intentar aquello que posiblemente me cambiaría la vida.
Creo que «cambiar de opinión es madurar».
Es como bajar nuevas aplicaciones, hacerle una actualización a nuestro sistema operativo 🙂
Todos tenemos «puntos ciegos» (cosas que no vemos), hay cosas que no me doy cuenta que no conozco y ahí no tengo mucho por hacer, simplemente no me doy cuenta todavía.
Hay otras cosas que creo saber y dominar y en realidad no… ¿cómo me doy cuenta? fácil, por mis resultados 😀 cuando las cosas no salen como deberían, quizás estoy necesitando esa actualización del sistema operativo.
Y también hay cosas que claramente no sé y me doy cuenta que no las manejo… bueno, aquí está la oportunidad más cercana, esa «fruta madura» que está a mano.
En Finanzas no hay nada más caro que tu ignorancia…
Tu Independencia Financiera
La independencia financiera es para muchos algo inalcanzable… pero ¿qué tal si pudieramos verla de otro modo?
¿Qué tal si pudieras verla como «algo lógico y natural» que todo el mundo debería tener en su vida?
Yo creo que la independencia financiera es algo que todo el mundo ya tendría si se hubieran hecho bien las cosas en el pasado.
Así como ya superamos un montón de cosas terribles que antes se aceptaban como «normales», como ser:
- morir jóvenes porque no se conocía la penicilina o la insulina,
O cosas menos terribles como que no disponíamos de ciertos «lujos»:
- electricidad en nuestros hogares
- una heladera, un lavarropas,
- un auto y caminos,
- una computadora, un celular.
Del mismo modo, yo creo que hoy aceptamos que la independencia financiera no es algo fácil y está reservado sólo para algunos…
Y hay muchos que afortunadamente empezaron a cuestionar esta «normalidad» y se empeñan en descubrir cómo llegar a esa libertad que una vida financiera ordenada y robusta puede darles.
¿Qué pasaría si toda la sociedad alcanzara la independencia financiera? ¿es posible? o ¿probable? ¿qué tendría que pasar?
Yo estoy convencido que es posible para todos, en especial para vos que estás leyendo estas líneas si es que aún no la conseguiste.
En una sociedad de personas libres financieramente nos dedicaríamos más a actividades edificantes, aquellas en las que cada uno de nosotros tenemos un diferencial, un don especial, sin tanta necesidad ni presión para «monetizar» nuestro talento…
No animarte a alcanzar esa libertad y hacer tu vida desde ese lugar es pagar un costo de oportunidad incalculable… ahí está el verdadero «karma financiero»… y no tiene que ver con vidas pasadas ni nada por el estilo, simplemente se trata de ciertas ideas que mantenemos sobre nosotros, nuestro dinero y nuestras posibilidades…
Así que mi deseo es que puedas cuanto antes romper ese «karma» y ¡unirte a la tribu de la independencia financiera!
¿Crees que es posible? Comparte con nosotros tu opinión en la caja de comentarios, nos encantará leerte. Y para ampliar la lectura puedes revisar otro de nuestros artículos relacionados con la Independencia Financiera.
Fabi Fiorito
Excelente nota, Fabián.
Gracias.